Fotografía de Elliot Erwit |
Los medios tratan a las personas como porcentajes, y en todo ese panfleto sobre la objetividad y la generalización se van perdiendo una a una las identidades, que no son lo mismo que los documentos de identidad. Todo queda reducido a dígitos fríos y matemáticos, a simples números, porque al fin y al cabo ¿quién pueden sentir pena por un número? Los números son números y la pena, la pena, la pena es eso, un donativo para la conciencia.
"Qué pena" y a dormir tranquilos.
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